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Ver lo positivo o ver lo negativo, una elección





¿Qué elecciones hacemos en nuestros día a día?.-

Todos podemos estar de acuerdo respecto a la afirmación de que existen “personas negativas” así como “personas positivas”. Hoy me pregunto, ¿nos hemos detenido a pensar en cuántas ocasiones actuamos como “personas negativas”?
Personalmente valoro la capacidad de ver el lado positivo de las cosas, el disfrutar, el aprovechar el momento; aún así descubro que en mí día a día muchas veces actúo de manera diferente a lo que valoro. Dejándome ganar por la mala vibra y la insatisfacción.
Gracias a Irene Orce, periodista de La Vanguardia, comparto con ustedes un cuento que me inspira a no dejar de estar atenta hacia mis propias reacciones, para buscar elegir qué respuesta quiero dar, cómo voy a reaccionar; porque podría incluso tener la razón, pero no estar viendo lo mejor que podría descubrir en las personas y en las situaciones.
-Cuenta una historia que hace muchos años, un hombre muy sabio llegó a una gran ciudad para difundir sus enseñanzas. Viajaba acompañado por sus fieles seguidores, y al atravesar las enormes puertas de la muralla, se le acercó un discípulo que vivía en aquella localidad. "Maestro, debes tener cuidado. En esta ciudad te van a perseguir, insultar y demonizar", le advirtió, con cara de preocupación. "Los habitantes de este lugar son arrogantes, y no tienen ningún interés en aprender nada nuevo. Sus corazones están llenos de desconfianza y egoísmo". El sabio asintió, sonriente, y le respondió con tranquilidad: "Tienes razón". Al cabo de unas horas, apareció otro discípulo del sabio que también vivía en aquella ciudad. Se acercó a él, radiante de alegría, y le dijo: "Maestro, en esta comunidad te van a acoger con los brazos abiertos. Los habitantes de este lugar son humildes y anhelan escuchar tus palabras. Sus corazones están limpios y dispuestos a nutrirse con tu sabiduría". El sabio asintió de nuevo, sonriente, y de nuevo afirmó: "Tienes razón". Sorprendido por sus respuestas, uno de los discípulos se plantó delante del maestro y le preguntó: "¿Cómo puede ser que les hayas dado la razón a los dos si te están diciendo exactamente lo contrario?" Y el sabio maestro, impasible, le contestó: "No vemos el mundo como es, sino como somos nosotros. Cada uno de ellos ve a los habitantes de esta ciudad según sus creencias. ¿Por qué tendría yo que contradecirles? Uno ve lo negativo y el otro ve lo positivo.
¿Dirías tú que alguno de los dos ve algo errado? No me han dicho nada que sea falso. Solamente han dicho algo incompleto".-

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