Primera entrega del 2011, han pasado ya los días de fiestas, momentos de encuentros familiar, partidas, despedidas, emociones, viajes, fuegos artificiales…
Y hoy tenemos por delante un nuevo año, con sus días en blanco por venir. Todos nuevitos, listos para estrenar. Todos los hombres y mujeres, no importa en qué rincón del planeta nos encontremos, sea a un lado u otro del gran charco, de uno u otro océano, hemos recibido una pizarra en blanco esta Navidad. Y con tan maravilloso regalo, la invitación a escribir en ella la historia que queramos para nosotros en cada uno de estos días nuevitos listos para estrenar.
En esta época de fiestas viví un momento muy especial, la despedida (física) de uno los pilares de mi familia materna, mi abuelo, Don Guillermo. Tuve la dicha de estar en la Navidad a su lado, y de poder en algún sentido despedirme. Aunque creo que fue él quien se permitió descansar luego de ver a casi toda su familia reunida. Al velorio asistió mucha gente, amigos suyos, de sus hijos, familia… Gracias a todos los que estuvieron allí y nos dejaron sentir su cariño.
Escuché de muchos, y recordé yo misma, más de una anécdota bonita acerca de mi abuelo. Y me quedé pensando en el tipo de anécdotas, momentos, encuentros de los que vamos llenando nuestras vidas. ¿Cómo queremos ser recordados?... y más importante aún, ¿qué estoy haciendo hoy para ser recordado de tal o cual manera?...
Y lo conecto con esta pizarra en blanco que acabamos de recibir para este 2011. No sabemos cuánto tiempo estaremos en este mundo. Si será un año, varios, menos. Pero lo cierto es que lo que tenemos es el hoy. Por eso mi invitación para este inicio de año es pensar y decidir qué quiero escribir en esta pizarra en blanco que he recibido, a qué personas invitaré a acompañarme en esta aventura, cómo les reconoceré su compañía, cuánto tiempo dedicaré a las cosas importantes, no sólo a las urgentes, perentorias.
¿Mis sueños estarán en esta pizarra en blanco?, ¿me permitiré este año cumplir alguna ilusión, deseo que vengo postergando?, ¿qué sigo esperando?
Cuando nos encontremos en un momento de confusión, de aparente enfrentamiento; podemos recordar esta hermosa reflexión de Doudou Diène:
"Mientras las ramas se pelean, las raíces se abrazan"
En esta pizarra blanca podremos escribir desde las ramas (que a veces parecen estar en batalla) o desde nuestras raíces, desde nuestra esencia.
La invitación de la pizarra en blanco siempre será que elijamos aquello que más nos acerca a nuestro proyecto de vida, a aquello que nos hace realmente felices.
Y para despedirnos en el inicio de este nuevo año, una línea en blanco para que cada uno de nosotros elija la pregunta con que quiere iniciar el escrito de su pizarra en blanco, aquella pregunta que necesitamos plantearnos, que queremos hacernos, para pasar a la acción que queremos:
¿……………………………………………………………………………………………………………………?
¡Feliz año!
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