Sino como somos. Vemos el mundo como somos, en función de nuestra propia historia, nuestras preferencias, gustos, experiencias. Nuestras propias expectativas e incluso la cultura en la que vivimos condicionan en gran medida aquello que “vemos”.
Lo interesante es que todos solemos experimentar como “verdadero” aquello que “vemos”, aquello que “percibimos”, incluso aquello que “creemos”.
Para ilustrar esta propuesta los invito a visualizar con atención la imagen que acompaña esta entrega, ¿qué ves?, ¿crees que alguien vea algo diferente?
Quizás si ponemos la atención en el marco oscuro veamos una figura con claridad, pero si cambiáramos el foco, ¿percibes algo diferente? Si yo viera por ejemplo una mujer y alguien más un hombre, la otra persona estaría en el cierto y yo en un error,
¿O viceversa?
La invitación de esta semana es a reparar cuánto influyen en nuestra experiencia y en nuestras “percepciones” aquello que “somos”. E incluso el cómo nos sentimos, puede pintar nuestros días de un color diferente. La gris Lima puede ser de gris hermoso un día que decidimos vivirlo con el pie derecho, y hasta la bella y soleada Arequipa, o Barcelona, pueden tornarse con una luminosidad asfixiante si nos dejamos teñir el día negativamente y lo vivimos como si anduviéramos de salto en salto con el pie izquierdo.
No vemos el mundo como ES, sino como SOMOS.
Me encanta la invitación que esta afirmación presenta. Abre la puerta a respetar, aceptar, escuchar la visión del otro. Invita también al respeto, a la convivencia en armonía, a entender cómo desde nuestro interior podemos influir en el exterior.
Si estuviera a puertas de entrar en conflicto con alguien y recuerdo esta hermosa afirmación, “no vemos el mundo como es, sino como somos”. ¿Podría enfrentar ese momento de una manera diferente?... me inclino a pensar que sí.
La invitación está ya en la mesa. Nos atreveremos a comenzar a vivir cada día más desde lo que somos. Reconociendo que tenemos virtudes, defectos, miopías, gustos, sesgos, preferencias, tendencias a ver más el fondo o quizás más la forma.
¿En qué momentos (o con qué personas) tiendo a caer en aquello que creo que “ES” y olvido cómo influye aquello que “SOY”?
¿Qué quiero hacer diferente a partir de ahora ser más feliz?
Esta es para mi una de las mejores enseñanzas, estaba esperando a que escribas sobre esto ;)
ResponderEliminarCoquin.