Después de varios fines de semana (tiempo en el que estuve en declaradas vacaciones de felicidad), regreso a mi querido espacio de Coaching Ahora de la mano de uno de los artistas peruanos que más disfruto y admiro: Fito Espinosa ( www.fitoespinosa.com ) y elijo este grabado que nos muestra una hermosa “máquina para bajar estrellas”.
Tenía –tengo- muchos temas rondando en mi cabeza a partir de las mil vivencias que he tenido la suerte de vivir en estas últimas semanas, no era fácil elegir. Lo que sí, había una constante: la felicidad, la alegría, el gozo. Y el contexto de esas vivencias: personas con quienes compartir dicha felicidad (pareja –hoy esposo-, familia, amigos, compañeros de trabajo vueltos amigos, etc.)
Y a raíz de esta imagen me detengo y veo que he tenido la suerte de vivir muchos (muchísimos) momentos en los que deseos, sueños, pequeños anhelos que tenía colgados de estrellas, han llegado a mi puerta de la mano de gente que se atrevió a utilizar su máquina para bajar estrellas.
E imagino como todos de una u otra manera tenemos con nosotros una máquina para bajar estrellas. Puedo apostar a que todos podríamos, si nos damos un momento, recordar la imagen de alguien querido (o incluso desconocido) a quien se le iluminó el rostro cuando tuvimos un detalle que fue vivido como bajar una estrella del cielo. Cada uno de nosotros ha tenido ocasión de hacer algo, de decir algo, de dejar de hacer algo, que ha producido en otro la maravillosa sensación de que le estábamos bajando una estrella.
Y quiero por eso invitarnos a todos a detenernos un momento y pensar cuán aceitada tengo mi máquina de bajar estrellas. ¿La utilizo con frecuencia?, o la saco del depósito solamente en las grandes ocasiones... ¿Me doy el permiso de sacarle el máximo provecho? ¿Me detengo en el día a día a ver en el cielo de aquellos a quienes quiero cuáles son sus estrellas, en qué constelaciones del cielo las tienen colgadas?
Me animo aún más y me pregunto con cuánta frecuencia utilizo mi máquina para bajarme a mi misma mis propias estrellas: ¿me lo permito?, ¿me dedico cariño, tiempo?, ¿me priorizo?
Encuentro que la máquina de bajar estrellas puede convertirse en una de las herramientas favoritas del Coaching. Y en clave de Coaching me despido con esta invitación para la semana:
¿Qué estrella (y de quien o quienes) quiero bajar y cómo lo haré?, ¿de qué manera sabré que mi misión tuvo éxito?
¿Qué estrella que anhelo me regalaré a mi mismo?
Comentarios
Publicar un comentario