Entre los muchos placeres que estoy teniendo el privilegio de vivir en esta aventura de la maternidad, hay uno que me aloca especialmente. Es el pasarme horas sentada en mi sillón de lactancia, luego de que mi bebe termina de tomar su lechecita y se queda dormido en mi regazo...
Hoy mientras estaba ahí... contemplándolo, por un momento se me cruzó por la mente el preguntarme si no habría una forma más productiva de aprovechar mi tiempo, especialmente en esos momentos en que él está dormidito, y si bien la pregunta asaltó como una especie de culpa mi mente, mi respuesta fue rotunda: NO!
Qué mejor forma de APROVECHAR mi tiempo que darme ese espacio para estar así con él, dejándole sentir que estoy ahí para él y que él está ahí para mi... ya habrán muchos, miles de momentos después en los que no podré estar a su lado para cuidarlo, engreírlo, protegerlo, calentarlo... por qué privarme de este hermoso pequeño GRAN placer en este momento que puedo?
Y es que encuentro que hemos olvidado el darnos permiso para estos pequeños grandes placeres, vivimos en automático, apurados, en estrés, y nos creemos el cuento de que el tiempo vuela y hay que aprovecharlo haciendo cosas productivas y el placer en ocasiones, lo vemos como contrapuesto a lo productivo. Es cierto que no podré por más amor que le de a mi bebe evitarle sufrimientos en el futuro, frustraciones, etc. Lo que si puedo es hoy darle (y darME) el placer de aprovechar nuestro tiempo juntos, sintiendo como respira junto a mi y dejándole sentir cómo respira su mamá junto a él. Me atrevo a pensar que eso dejará una huella mas que intensa que seguramente será como un escudo que lo acompañara para sentirse querido, cuidado, mimado, y es definitivamente un escudo hoy para mi para darme el lujo de aprovechar y vivir estos pequeños GRANDES placeres.
Así, en este mi primer post en el blog ya oficialmente mamá, la invitación es a que no preguntemos con qué frecuencia nos damos permiso para disfrutar de estos pequeños grandes placeres que la vida nos regala. Más allá del momento vital que estemos viviendo, estoy segura que todos tenemos pequeñas grandes cosas, personas, acciones, momentos, que nos brindan placer, y seguramente podrán muchas veces parecer "improductivos", será realmente así? Solamente nosotros podemos darnos el permiso de disfrutar de aquello que en lo más profundo nos hace felices.
Y en clave de coaching:
¿Cuándo fue la última vez que me permití "disfrutar" de aquello que verdaderamente me hace feliz?
¿Conozco qué es lo que me proporciona verdadero y profundo placer?
¿Qué quiero hacer al respecto?
Hola Andre! Bienvenida...
ResponderEliminarPues tienes razón, eso me pasa en ocasiones... el correr, el avanzar las cosas... el dique: aprovechar el tiempo... pero como bien dices, que mejor aprovecharlo con nuestros hijos, que nos necesitan mucho y si podemos darle un pequeño tiempo pero valioso, porque no?....eso hago yo! aunque la casa se me caiga a pedazos, jajaajaj, luego ya me pongo las pilas y la que corre soy yo... pero ya disfruté de mi Reyna y eso no me lo quita nadie!. Y ahora valoro más esos momentos con ella, con mi padre que necesitan mucho de mi.
Cariños,
Du.