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¿Y si nos animamos a decir más veces “Sí”?

 



Desde hace algunos años se ha reivindicado (de manera saludable creo yo) el saber decir “no”. Es una forma sana decuidar nuestra salud mental, física y emocional, una forma saludable de establecer límites que nos permitan estar y ser mejor.


A la vez encuentro que, a veces, el “no” lo tenemos muy a flor de piel, muy automático, sobre todo cuando se trata de cosas que puedan sacarnos de nuestra zona de confort o que impliquen una cierta cuota de riesgo o exposición emocional. 


Y me quedo pensando qué pasa si nos animamos a decir más veces “Sí”…


Sí a subirme a una tabla por primera vez a mis 43 abriles recién cumplidos a pesar del respeto (léase entre líneas miedo) que siempre le he tenido al mar. 


Decirle que Sí a festejar no sólo un día sino varios por el mero placer de compartir con quienes alegran mi corazón. 


Sí a acompañar a tu hija de manera constante e incondicional en un proceso de adaptación duro, viendo sus lágrimas y dándole un beso con dolor pero seguir diciendo sí a mantenerme firme en ser su puente mientras lo necesita. 


Decirle que sí a desarrollar un hobby tardío, a cultivar nuevas amistades profundas que enriquezcan aún más nuestro círculo de amigas queridas. Y podría seguir enumerando tantos sí de los que me siento sumamente feliz y agradecida… 


Y cierro mi minuto de reflexión con una pregunta que puede siempre servirnos a todos: 


¿Qué podríamos ganar si nos animaos a decir más veces “Sí”?



PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL IG DE @360liderazgo el 24/04/23 a pocos días de mi cumpleaños


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