Hace unos meses cometí un error importante en el trabajo. Me sentí fatal, y mis hijos lo vieron. Les conté tal cual lo que había sucedido y las disculpas que había pedido, sin excusas. Sabía que eso no era suficiente.
Me ayudaron a pensar cómo enmendarlo y luego los llevé conmigo a dejar un detalle a mi cliente. Compartir el error se convirtió, al final, en una aventura de aprendizaje. Quiero que sepan que equivocarse es parte de la vida… y que además de reconocer y disculparse, reparar también es importante. Y hacerlo en compañía de quienes nos quieren lo hace más sencillo.
💡 ¿Qué me gustaría que mis hijos aprendan sobre equivocarse?
¿Cómo puedo modelarlo desde el ejemplo con mis acciones?
PD. Aquí pueden encontrar el Manifiesto completo de Brené Brown sobre cómo busca vivir junto a su esposo su rol de padres:
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