Hoy es un día de gratitud, ¿por qué? Por el maravilloso hecho de existir. Y todos los días podrían ser días de gratitud, ¿imaginan qué dicha? (siempre que estemos “atentos” podemos encontrar un motivo para sentir gratitud). Y pensando en la gratitud que hoy inunda mi corazón recordé uno de los textos más bellos que he leído alguna vez sobre este maravilloso sentimiento. Como bien sabrán (o imaginarán ya) una de mis grandes pasiones es la lectura. Novelas, artículos, ensayos, cuentos, todo vale. Y en esta pasión me toca agradecer a mi abuela por su bella biblioteca de de historias románticas de las cortes europeas (se entiende ahora también mi inquebrantable espíritu romántico) y cuando fui creciendo descubrí la maravillosa biblioteca de mi querido Cocolo, con más libros de los que él y yo y muchos juntos podíamos leer. Mi gratitud y todo mi cariño para él por siempre. Justamente en esa maravillosa biblioteca descubrí a Anthony de Mello, sacerdote jesuita ...