Ir al contenido principal

¿Y si nos animamos a decir más veces “Sí”?

 



Desde hace algunos años se ha reivindicado (de manera saludable creo yo) el saber decir “no”. Es una forma sana decuidar nuestra salud mental, física y emocional, una forma saludable de establecer límites que nos permitan estar y ser mejor.


A la vez encuentro que, a veces, el “no” lo tenemos muy a flor de piel, muy automático, sobre todo cuando se trata de cosas que puedan sacarnos de nuestra zona de confort o que impliquen una cierta cuota de riesgo o exposición emocional. 


Y me quedo pensando qué pasa si nos animamos a decir más veces “Sí”…


Sí a subirme a una tabla por primera vez a mis 43 abriles recién cumplidos a pesar del respeto (léase entre líneas miedo) que siempre le he tenido al mar. 


Decirle que Sí a festejar no sólo un día sino varios por el mero placer de compartir con quienes alegran mi corazón. 


Sí a acompañar a tu hija de manera constante e incondicional en un proceso de adaptación duro, viendo sus lágrimas y dándole un beso con dolor pero seguir diciendo sí a mantenerme firme en ser su puente mientras lo necesita. 


Decirle que sí a desarrollar un hobby tardío, a cultivar nuevas amistades profundas que enriquezcan aún más nuestro círculo de amigas queridas. Y podría seguir enumerando tantos sí de los que me siento sumamente feliz y agradecida… 


Y cierro mi minuto de reflexión con una pregunta que puede siempre servirnos a todos: 


¿Qué podríamos ganar si nos animaos a decir más veces “Sí”?



PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL IG DE @360liderazgo el 24/04/23 a pocos días de mi cumpleaños


Comentarios

Entradas populares de este blog

Amo la humildad, pero el jueves me estrellé con la soberbia

  El martes facilité un taller sobre Conexión e Identidad para un equipo equipo extendido altamente comprometido. Al finalizar, conversé con la líder del área sobre los aprendizajes más destacados, lo prometedor que lucía su “carné de identidad” y, en algún momento, surgió el tema de la **humildad**. Lo planteé especialmente en el contexto de un equipo de “expertos”, y la idea hizo clic de inmediato. Me encantó lo que pudimos compartir y reflexionar al respecto.   Mi relación con la humildad se ha ido forjando y creciendo con el tiempo. Con cada experiencia, cada arruga y cada nueva cana, me conecto más con el valor de la humildad. La busco, la practico y la fomento en cada espacio que puedo.      Siendo todo lo anterior cierto, el jueves me estrellé con mi soberbia. Tenía un vuelo a Arequipa a las 5:20 a.m. y tomé todas las precauciones posibles: pedí un taxi con más antelación de la necesaria, activé dos alarmas y llegué al aeropuerto antes de las 3 a.m. Todo...

El Buitre, el Murciélago y la Abeja

Esta semana recibí gracias a dos generosos envíos (Lucero y Ale) tres interesantes historias que dicen así: El Buitre Si pones un buitr e en un cajón que mida 2 metros x 2 metros y que esté completamente abierto por la parte superior, el ave, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto.  La razón es que el buitre siempre empieza su vuelo desde el suelo con una carrera de 3 a 4 metros.  Sin espacio para correr, como es su hábito, ni siquiera intentará volar sino que quedará prisionero de por vida en una pequeña cárcel sin techo . El Murciélago El murciélago vuela por todos lados durante la noche. Una criatura sumamente hábil en el aire, pero no puede elevarse desde un lugar a nivel del suelo. Si se le coloca en el suelo en un lugar plano, todo lo que puede hacer es arrastrase indefenso y, sin duda, dolorosamente, hasta alcanzar un sitio ligeramente elevado del cual se pueda lanzar hacia el aire. Entonces, inmediatamente desp...

El Zorro, las rosas y un hermoso Principito

"Lo esencial es invisible a los ojos"... Es quizás para mi una de las frases mas sencillas pero profundas que atesoro en el corazón desde que leí El Principito por primera vez(ya perdí la cuenta por qué número de re lectura voy al día de hoy). Y cuando mas agitada esta la vida de uno, cuando mas cosas nos suceden y nos pueden preocupar, agotar, cuestionar... es cuando con mayor razón requiero volver a las palabras del Principito para que en su enorme sencillez y profundidad me recuerde cuantas cosas maravillosas e importantes son invisibles a los ojos. Aquí les comparto el capítulo XXI, uno de mis más grandes favoritos: CAPÍTULO XXI Fue entonces que apareció el zorro: - Buen día - dijo el zorro. - Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie. - Estoy aquí – dijo la voz –, bajo el manzano... - Quién eres ? – dijo el principito. – Eres muy bonito... - Soy un zorro – dijo el zorro. - Ven a jugar conmigo – le propuso el...