Hasta hace poco solía utilizar una frase cuando quería que las cosas me salieran bien o deseaba que a alguien le fuera bien en aquello que se proponía: “que el universo conspire a nuestro favor”. Me gustaba la idea de pensar que aquellas fuerzas del azar pudieran alinearse a mi favor, a favor de aquellos de mi entorno. Sigo pensando que es una frase con un poco de magia y una vibra positiva. Pero hoy, a partir de algunas lecturas y experiencias recientes, comienzo a ver un potencial diferente en la forma de mirar lo que sucede a nuestro alrededor, en las fuerzas azarosas del universo. Esta semana que termina fui testigo, de manera especial el día viernes, de cómo dejándome fluir con mi entorno lograba muchas más cosas de las que incluso me había propuesto. De manera tranquila, fluida, podríamos incluso decir “exitosa”. Tenía una lista muy larga de cosas por hacer y tiempo limitado, como todos. Salí con la intención clara de hacer al menos la primera y ahí estuve, en el aquí y el ...