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El Buitre, el Murciélago y la Abeja



Esta semana recibí gracias a dos generosos envíos (Lucero y Ale) tres interesantes historias que dicen así:

El Buitre
Si pones un buitre en un cajón que mida 2 metros x 2 metros y que esté completamente abierto por la parte superior, el ave, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto.  La razón es que el buitre siempre empieza su vuelo desde el suelo con una carrera de 3 a 4 metros.  Sin espacio para correr, como es su hábito, ni siquiera intentará volar sino que quedará prisionero de por vida en una pequeña cárcel sin techo.
El Murciélago
El murciélago vuela por todos lados durante la noche. Una criatura sumamente hábil en el aire, pero no puede elevarse desde un lugar a nivel del suelo. Si se le coloca en el suelo en un lugar plano, todo lo que puede hacer es arrastrase indefenso y, sin duda, dolorosamente, hasta alcanzar un sitio ligeramente elevado del cual se pueda lanzar hacia el aire. Entonces, inmediatamente despega.
La Abeja
La abeja, al ser depositada en un recipiente abierto, permanecerá allí hasta que muera, a menos que sea sacada de allí.  Nunca ve la posibilidad de escapar que existe por arriba de ella, sin embargo persiste tratando encontrar alguna forma de escape por los laterales cercanos al fondo.  Seguirá buscando una salida donde no existe ninguna, hasta que  se destruye a sí misma.
¿Inevitable pensar en cómo reaccionamos los seres humanos verdad? Sé que para cada una de estas historias podrán despertar diferentes enseñanzas e interpretaciones. Para mí, una de las principales lecciones se relaciona con otro tema que ya tocamos anteriormente en Coaching Ahora: la común (y peligrosa) Zona de Confort. (¿Estaremos dentro de una olla? y ¿Cómo reconocer la zona de confort?).
Porque el ser humano, a diferencia de nuestros amigos buitres, murciélagos, abejas, tiene una capacidad especial: puede decidir. Puede elegir cómo, cuándo, de qué manera actuará. Puede elegir (muchas veces de manera inconsciente o por rutina) quedarse dentro de la Zona de Confort, o puede elegir también salir de ella. Moverse hacia lo que llamaríamos la Zona de Tensión Creativa. Donde ponemos en juego nuestras capacidades y recursos actuales, apostamos por algo nuevo, nos arriesgamos a un escenario desconocido y terminamos descubriendo que podíamos más, que éramos capaces de algo nuevo.
Hoy, por ejemplo, fui testigo de cómo dos personas a las que quiero y admiro muchísimo se lanzaron (con coraje y decisión, y sobre todo muchísimo amor) a la zona de tensión creativa. Una de ellas, totalmente alejada de la cocina y de sus artes, buen comensal pero jamás (hasta hoy) cocinera; se animó por amor a su familia a preparar uno de los platos más ricos y tradicionales de la cocina arequipeña. Nos regaló un espectacular adobo, con receta en mano, mucha decisión, esfuerzo y confianza, hizo algo que nunca había hecho. Y le salió estupendo.
La otra historia, hermana de la anterior, hoy cantó su amor a su esposo que hace ya dos años no la acompaña físicamente. Cantó fuerte y vibrante, sin el coro dentro del cual siempre ha estado cubierta. Por amor y con muchísimo coraje hizo algo que nunca antes había hecho (al menos no donde tantos pudiéramos verla), y lo hizo increíblemente.
De ahora en adelante, pensaré dos veces antes de decir que no puedo, que no sé hacer algo. Porque hoy, de manera especial, he sido testigo de cómo las personas podemos hacer lo que nos proponemos. Cierto es que quizás no siempre los resultados sean tan increíbles, puede incluso que nos equivoquemos. Pero siempre que nos atrevemos a entrar en zona de tensión creativa, donde ponemos en juego todo lo que tenemos y confiamos en aquello que aún no podemos; así no tengamos el resultado perfecto, siempre habremos crecido, nos habremos fortalecido, desarrollado y definitivamente no nos estaremos quedando en la cómodo pero engañosa zona de confort.
Mañana yo misma empiezo una aventura nueva, en un contexto laboral diferente. Ya tomé la decisión de aventurarme, de tomar el riesgo, ese fue el primer paso. Ahora lo que me toca es decidir cómo quiero vivir esta nueva aventura. Desde qué lugar, con qué recursos…
Continuamente es decidir, y aprovechar de que nosotros, a diferencia del buitre, del murciélago, de la abeja, podemos hacerlo. Y podemos volar no solo desde un lugar con caída al vacío, podemos hacerlo desde el suelo como un helicóptero, con una pista enorme como un avión, o muy lentamente y con calor, como un globo aerostático. Y seguramente de mil formas más.
Mi invitación para esta semana sería preguntarnos, ¿qué cosa no he hecho hasta ahora y me encantaría empezar a hacer?, ¿cómo enfrentaría este sueño sino tuviera miedo a fracasar?

Comentarios

  1. Todas las semanas me doy el tiempo de leerte, sinceramente lo hago varias veces a la semana, porque me pones a a pensar jijiji.
    No se como lo haces... pero una vez mas le diste en el clavo.GRACIAS!!!
    Dicen que a las embarazadas nos sale a flote nuestro lado creativo, asi no me queda más que armarme de coraje y explotarlo al maximo en una nueva aventura que estoy por emprender.
    Y.... "Bienvenida seas ZONA DE TENSION CREATIVA"!!! jajaja

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