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Pídelo!!!!




Sea lo que sea que necesites, “PÍDELO”. Abandonemos de una vez la fantasía de que la otra persona, los otros en general, pueden leernos el pensamiento y su exageración máximo: “si me quiere se dará cuenta de lo que necesito”. No hay nada más perjudicial para cualquier relación (amorosa, amical, familiar, laboral) que nuestra incapacidad (en ocasiones negativa deliberada) a verbalizar aquello que necesitamos.

Esta una lección que personalmente demoré en aprender y sigo siempre al pendiente de no olvidarla, porque es una receta que no falla, que nos libera, nos deja mucho más sanos y felices. Como muchas otras lecciones en la vida, no basta con aprenderlas una vez, uno tiene que estar alerta, consciente para poder ponerlas en práctica en el día a día, en muchos casos hemos vivido años bajo ciertos paradigmas o ciertos modelos que no siempre nos ayudan a ser felices, por eso es bueno siempre recordarnos aquello que aprendemos y, sobre todo, aquello que queremos vivir.

Por eso mismo hoy en mi casita nos acompaña  un nuevo cojín (tengo cierta fascinación por los cojines y con este fue amor a primera vista). “Sólo quiero un abrazo” dice el texto y se acompaña de la figura de un pequeño puercoespín. Y es que hay días en que podemos andar así, como el puercoespín, listitos a pinchar o con la sensación de que todo nos hinca desde el exterior.

Así, este cojín me sirve para recordar que no importa lo sensible o insensible que me pueda sentir, si necesito un abrazo lo he de pedir, con todas sus letras y con toda la vulnerabilidad hermosa que nos da aceptar que necesitamos en muchos momentos de la otra persona. Que no somos ni súper mujeres, ni súper hombres, sino seres de carne y hueso que acertamos, nos caemos, y vamos muchas veces a ritmo de cha cha cha adelantando y retrocediendo en ocasiones algunos pasitos. Lo mejor es el baile mismo, no la meta.

Aprovecho para compartir un breve ejemplo que cita Laura Gutman en su libro “La maternidad y el encuentro con la propia sombra”  (imaginarán que estando en la más dulce de las esperas muchas de mis lecturas, intereses e inquietudes giren actualmente alrededor de este nuevo, misterioso y maravilloso mundo):

“… daré un ejemplo: la madre necesita ser abrazada por el marido, pero en lugar de hacer el pedido claramente, pide al varón que bañe al niño. El padre responde con exactitud al pedido explicitado. Sin embargo, la madre queda insatisfecha (dejó el baño mojado, la temperatura del agua no era la adecuada, el niño lloró, etc.). En realidad su necesidad original (el abrazo) no fue formulada, por lo tanto no pudo ser complacida”. Si bien el ejemplo se circunscribe a un ámbito muy específico de pareja y paternidad, lo cierto es que situaciones así las vivimos en muchos contextos y con diferentes personas. Nos quedamos con necesidades insatisfechas, culpamos al otro, reclamamos, y no nos hacemos responsables por verbalizar aquello que necesitamos.

La invitación de esta entrega es a que todos nos hagamos, física o mentalmente al menos, un cojín que nos recuerde aquella lección que necesitamos tener presente. Dejemos de ponernos zancadillas a nuestra propia tranquilidad y felicidad.

Y en clave de coaching:

¿Qué he de pedir para tener mayor tranquilidad y bienestar en mi relación con….?

¿Cómo haré para recordar que quiero “pedir”, “verbalizar” aquello que necesito?




Y para quienes se hayan quedado como yo, enamorados del cojín, aquí el link donde los pueden encontrar:

Comentarios

  1. Es muy cierto el ejemplo Andre. Me ha pasado más de una vez! porque seremos de complicadas las mujeres, porque nos costará hablar y pedir, si suena tan facil!
    Bueno a ponerlo en práctica! a ver cuanto dura... espero que mucho.
    Cariños,

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