Ir al contenido principal

Entrenando mi Corazón

 


Semanas atrás, mi entrenador me puso el desafío de salir a trotar 1 hora (algo que ya había hecho anteriormente) sólo que esta vez el desafío era vigilar y controlar el ritmo de mi corazón, no debía pasar las 140 LPM (registro de la frecuencia cardiaca). No parecía tan difícil, pero resultó que ni bien empecé, no había ni arrancado casi y mi LPM estaba ya por encima de 160, era tremendo, no lograba bajarlo. 

Me rebelé y me resistí: "no se puede", "es imposible", "yo tan sólo existo por encima de los 140!!!" pero ahí estuvo Pepe manteniendo el foco y el desafío: "sí puedes", "camina, no trotes", "sí puedes, no hables..", "sí puedes..." así por media hora continúa hasta que logré comenzar a trotar lentamente manteniendo mi corazón por debajo o máximo en 140LPM. Mi ritmo era más lento que los señores de tercera edad de la casa de la juventud tardía quienes fácilmente me podían pasar caminando, pero me mantuve, superando la extrañeza del desafío y el roche. 

La media de hora de vuelta logré al menos ya no caminar y mantener el mini trote, mirando siempre el reloj, sin hablar, concentrada en mi respiración y pensando en mi corazón y en cómo estaba buscando entrenarlo (¡me decía para mis adentros que estaba buscando domesticar a mi indomable!) Si sólo pensaba en el número que botaba el registro en mi Smart Watch era casi una camisa de fuerza, pero si me conectaba con el desafío de estar enseñándole a mi corazón a mantener la calma en el esfuerzo me parecía una mega aventura. Y a mi me energizan las aventuras. 

La segunda salida con el mismo desafío la hice sola, llevé mis audífonos para escuchar uno de mis queridos y útiles podcast pero resultó que cuando escuchaba una idea buenísima mi corazón se aceleraba porque rápidamente mi cerebro comenzaba a construir mil ideas de lo que haría con aquella idea buenísima. Era claro que no se trataba de sólo el ritmo de tortuga, el entreno de mi corazón pasaba también por cuidar la emoción y los pensamientos de mi cerebro. Uff mega reto. 

Y así a punta de esfuerzos conscientes (pasé de escuchar podcast nuevos a podcast antiguos así mi emoción era menor y más controlada) logré comenzar a domesticar a mi indomable, que según yo vive en permanente estado de aceleración. Mi cuerpo y mi corazón se fueron sintonizando cada vez mejor (seguro me falta muchísimo aún) pero hoy logré trotar (no diré correr porque seguro aún algún abuelit@ me pasa) 8 kilómetros sin que mi corazón se desbocara, sin agotarme. 

Qué sensación tan rica. saber que incluso a hoy a puertas de cumplir mis 44 vueltas al sol, puedo seguir aprendiendo, retándome, y mejorando mi salud, mi performance, mi capacidad de domesticar con amor y disciplina a mi indomable corazón. 

PD. Actualización en vivo.... escribí este post el domingo 14/04/24 pero no lo llegué a publicar. Hoy lo publico desde mi cama, con descanso médico porque ayer me lesioné entrenando voley.  A pesar de la molestia y complicación del descanso, lo ocurrido no anula para nada mi experiencia anterior. La enriquece, me tocará parar, cuidar y luego retomar pero sabiendo que sí puedo, que me podrá costar pero volveré a correr y a entrenar voley y seguir retando a mi cuerpo, a mi corazón y a mi cerebro. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amo la humildad, pero el jueves me estrellé con la soberbia

  El martes facilité un taller sobre Conexión e Identidad para un equipo equipo extendido altamente comprometido. Al finalizar, conversé con la líder del área sobre los aprendizajes más destacados, lo prometedor que lucía su “carné de identidad” y, en algún momento, surgió el tema de la **humildad**. Lo planteé especialmente en el contexto de un equipo de “expertos”, y la idea hizo clic de inmediato. Me encantó lo que pudimos compartir y reflexionar al respecto.   Mi relación con la humildad se ha ido forjando y creciendo con el tiempo. Con cada experiencia, cada arruga y cada nueva cana, me conecto más con el valor de la humildad. La busco, la practico y la fomento en cada espacio que puedo.      Siendo todo lo anterior cierto, el jueves me estrellé con mi soberbia. Tenía un vuelo a Arequipa a las 5:20 a.m. y tomé todas las precauciones posibles: pedí un taxi con más antelación de la necesaria, activé dos alarmas y llegué al aeropuerto antes de las 3 a.m. Todo...

El Buitre, el Murciélago y la Abeja

Esta semana recibí gracias a dos generosos envíos (Lucero y Ale) tres interesantes historias que dicen así: El Buitre Si pones un buitr e en un cajón que mida 2 metros x 2 metros y que esté completamente abierto por la parte superior, el ave, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto.  La razón es que el buitre siempre empieza su vuelo desde el suelo con una carrera de 3 a 4 metros.  Sin espacio para correr, como es su hábito, ni siquiera intentará volar sino que quedará prisionero de por vida en una pequeña cárcel sin techo . El Murciélago El murciélago vuela por todos lados durante la noche. Una criatura sumamente hábil en el aire, pero no puede elevarse desde un lugar a nivel del suelo. Si se le coloca en el suelo en un lugar plano, todo lo que puede hacer es arrastrase indefenso y, sin duda, dolorosamente, hasta alcanzar un sitio ligeramente elevado del cual se pueda lanzar hacia el aire. Entonces, inmediatamente desp...

El Zorro, las rosas y un hermoso Principito

"Lo esencial es invisible a los ojos"... Es quizás para mi una de las frases mas sencillas pero profundas que atesoro en el corazón desde que leí El Principito por primera vez(ya perdí la cuenta por qué número de re lectura voy al día de hoy). Y cuando mas agitada esta la vida de uno, cuando mas cosas nos suceden y nos pueden preocupar, agotar, cuestionar... es cuando con mayor razón requiero volver a las palabras del Principito para que en su enorme sencillez y profundidad me recuerde cuantas cosas maravillosas e importantes son invisibles a los ojos. Aquí les comparto el capítulo XXI, uno de mis más grandes favoritos: CAPÍTULO XXI Fue entonces que apareció el zorro: - Buen día - dijo el zorro. - Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie. - Estoy aquí – dijo la voz –, bajo el manzano... - Quién eres ? – dijo el principito. – Eres muy bonito... - Soy un zorro – dijo el zorro. - Ven a jugar conmigo – le propuso el...