¿Alguno de ustedes recuerda esta canción?
http://www.youtube.com/watch?v=pFHUhXYG0Xg
“Será un ingeniero dice el abuelo,
un gran arquitecto sería perfecto,
y si es un artista que horror un bohemio,
mejor una niña que cumpla mis sueños,
que siga la huella de Jesús Nazareno, no, no mejor empresario será millonario,
un doctor famoso, un físico loco
y yo solo quiero aprender a respirar…”
(Esperando Nacer, Pancho Puelma).
Seguramente no todos la conocerán, pero seguramente sí todos recuerdan cuando éramos pequeños y nos preguntaban ¿qué quieres ser cuando crezcas?, ¿recuerdan qué era lo que soñábamos?
Puede que sí recordemos nuestros sueños, puede incluso que los hayamos alcanzado o los estemos aún construyendo; pero lo cierto es que ya estamos aquí, ya crecimos , ya somos grandes, adultos.
Ya no somos esos pequeños niños o niñas que despertaban las fantasías o anhelos de nuestros padres. Hoy somos ya ingenieros, abogados, doctores, diseñadores, padres, madres, esposos, solteros, viudos, divorciados, amas de casa, empresarios, vendedores, y un largo etcétera.
La vida ya no es una ilusión de algo que será, sino que estamos ya viviendo plenamente el acto central. Pueden ser 20, 30, 40, 50, 60 años o más. Lo concreto es que ya estamos aquí.
Creen posible preguntarnos aún, ¿qué quieres ser cuando crezcas?
Pienso que sí. Todos, o la mayoría al menos, llegaremos un día la vejez. Y da miedo. Reconocer que un día seremos frágiles, estaremos disminuidos físicamente, necesitados de otros. Asusta. Al menos a mi me asusta. Pero es el ciclo de la vida. Y ante la realidad de este ciclo de la vida, nos hemos parado a preguntar, ¿qué tipo de anciano, anciana quiero llegar a ser?
He escuchado con frecuencia, y creo la sabiduría popular lo confirma, que con los años las virtudes y especialmente los defectos se marcan, se acentúan. Si esto es así, ¿estoy haciendo algo para vivir una vejez más plena dentro de lo que la salud y el entorno me permitan?
En mi caso, por ejemplo, que me reconozco especialmente crítica, puedo convertirme seguramente en una viejita cascarrabias, tendiente a estar siempre insatisfecha, viendo las cosas negativas en vez de las positivas de mi entorno y de las personas. Si llego a convertirme en esa viejita, ¿alguien querrá estar a mi lado?, ¿algún nieto, hijo, amiga, pareja, disfrutará acaso de mi compañía?
No, no quiero convertirme en esa viejita cascarrabias. Ni tampoco en una viejita taciturna, triste, melancólica, incapaz de alegrarme de las cosas buenas que vivan los que aún son jóvenes. Tengo la impresión (o quizás más aún el firme deseo) de que la única manera de evitarlo es trabajar hoy en mi. Potenciar mis virtudes, enfrentar mis defectos.
No tengo certeza alguna de que trabajando hoy en mí pueda disfrutar de una vejez más plena, donde los demás (aquellos de quien en algún momento dependeré) puedan también disfrutar de mí. Pero prefiero que la vejez me llegué al menos con la mejor preparación posible.
Si hoy me preguntan, ¿qué quieres ser de grande? Mi respuesta sería que me gustaría ser una viejita arrugadita por no haber dejado de sonreír, que se sienta satisfecha y feliz por haber vivido cada unas de las etapas y momentos que vivió, que sea capaz de seguir encontrando algo por lo cual disfrutar. Que respete a quienes estén en mi entorno y que pueda pedir, recibir y darme amor.
Me toca ahora preguntarte a ti, ¿cómo quieres ser tú cuando seas grande?
Y para amb@s, ¿qué estoy dispuesto a hacer a partir de hoy para vivir el tipo de vejez que anhelo?
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