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Mostrando entradas de agosto, 2010

Cuando sea grande…

¿Alguno de ustedes recuerda esta canción? http://www.youtube.com/watch?v=pFHUhXYG0Xg “Será un ingeniero dice el abuelo, un gran arquitecto sería perfecto, y si es un artista que horror un bohemio, mejor una niña que cumpla mis sueños, que siga la huella de Jesús Nazareno, no, no mejor empresario será millonario, un doctor famoso, un físico loco y yo solo quiero aprender a respirar…” (Esperando Nacer, Pancho Puelma). Seguramente no todos la conocerán, pero seguramente sí todos recuerdan cuando éramos pequeños y nos preguntaban ¿qué quieres ser cuando crezcas?, ¿recuerdan qué era lo que soñábamos? Puede que sí recordemos nuestros sueños, puede incluso que los hayamos alcanzado o los estemos aún construyendo; pero lo cierto es que ya estamos aquí, ya crecimos , ya somos grandes, adultos. Ya no somos esos pequeños niños o niñas que despertaban las fantasías o anhelos de nuestros padres. Hoy somos ya ingeni

El nieto de Gandhi y los zapatos sucios de papá

Esta semana recibí un correo con una historia que me dejó pensando y me gustaría proponerla para la reflexión de esta semana. El Dr. Arun Gandhi, nieto de Mahatma Gandhi y fundador del instituto M.K. Gandhi para la Vida Sin Violencia, en su lectura del 9 de Junio en la Universidad de Puerto Rico, compartió la siguiente historia como un ejemplo de la vida sin violencia en el parte de sus padres: “Yo tenía 16 años y estaba viviendo con mis padres en el instituto que mi abuelo había fundado en las afueras, a 18 millas de la ciudad de Durban, en Sudáfrica, en medio de plantaciones de azúcar. Estábamos bien al interior del país y no teníamos vecinos, así que a mis dos hermanas y a mí, siempre nos entusiasmaba el poder ir a la ciudad a visitar amigos o ir al cine. Un día mi padre me pidió que lo llevara a la ciudad para asistir una conferencia que duraba el día entero y yo aproveché esa oportunidad. Como iba a la ciudad mi madre me dio una lista de cosas del supermercado que nec

¿Helado de limón o de chocolate?

Imaginemos que somos amantes de los helados, sencillamente nos encantan (para algunos seguramente nos resultará extremadamente sencillo imaginarlo). Imaginemos también que nos encontramos en una tienda maravillosa que vende los helados más ricos, frescos y apetitosos. No podemos esperar a probarlos. Se nos hace ya agua la boca. Al llegar nuestro turno, el amable dependiente que despacha los helados nos informa que podemos escoger el sabor que deseemos pero solo 1. No se aceptan combinaciones, es o uno u otro. La noticia nos desilusiona un poco al inicio, nos entusiasmaba probar distintos sabores; pero no importa. Todos serán igualmente maravillosos. Nuestros ojos aletean entre dos recipientes en especial, el dependiente lo nota y nos plantea la pregunta: ¿helado de limón o de chocolate?... y finalmente, escogemos. Nos entregan nuestro helado y es ese el único que podremos disfrutar. Limón o chocolate. Ahora me gustaría variar ligeramente la pregunta y el contexto. No estamos e

Los 3 mosqueteros

“Cuenta la historia que 3 mosqueteros acordaron un día que dormirían sonriendo para descubrir si era posible tener sueños felices y despertar así con una sonrisa en los labios. Sucedió entonces que uno despertó a mitad de la noche y no sabía si estaba sonriendo, pero al pensarlo sonrió y se volvió a dormir como duermen los bebes, muy plácidamente… El segundo durmió hasta tarde, recuperó horas de sueño y tranquilidad, al despertar no pudo saber si estaba sonriendo, pero al pensarlo sonrío … El tercero… Te invitamos a intentarlo, duerme sonriendo, y… quizás… esta semana, si lo buscas, descubras lo que vivió el tercero”. PD. Gracias Kari y Javi porque a pesar de la distancia siguen siendo mis mosqueteros.

Somos naranjas enteras

Hoy propongo ejercer un poco de rebelión contra algunos dichos o fantasías que recorren muchas veces nuestra imaginación y pensamiento, especialmente en lo que se refiere a la vida en pareja y el amor. Seguramente todos hemos escuchado (e incluso suspirado quizás algunos, me incluyo en algún momento) la famosa afirmación de que todos tenemos “una media naranja esperando por nosotros en algún lugar”. Y en la búsqueda de esa media naranja puede que se nos vaya la vida, la ilusión y la energía. Quiero para esta sana rebelión utilizar las palabras de mi querido amigo y sabio maestro, Borja Vilaseca. Él afirma: “Por más que nos lo hayan hecho creer, no somos medias naranjas: somos naranjas enteras”. Naranjas sí, ricas, jugosas, maravillosas. Pero enteras. Todos los somos. Y el ser conscientes de ello hace que dejemos de buscar afuera lo que solo nos podemos dar desde el interior: seguridad, confianza, paz, armonía. Cierto es que la vida en pareja, en una relación sana, positiv