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Mostrando entradas de septiembre, 2011

To Do List

Tengo la sensación de que vivimos cada vez más en el mundo del “ to do list ”, enlistamos nuestros pendientes en el trabajo, pegamos en el refrigerador la lista de las compras, algunos incluso al inicio de año dedican también un tiempo para escribir las famosas resoluciones de año nuevo. Me confieso también usaría común de las “to do list”, y creo que tiene su encanto el enlistar aquello que requerimos o anhelamos hacer y luego ir haciendo los famosos “check” que nos van dando la sensación de alcanzar una meta, reducir un pendiente, etc.   Confieso también que me inquieta un poco el saber que hay personas que tienen su vida entera puesta en un “to do list”. Me asusta que un día les ocurra algo bueno pero al no haber estado en su lista de metas dejen pasar la oportunidad de simplemente disfrutarlo y gratificarse. En estos últimos días y hoy en especial, el tema de la felicidad, me ha venido asaltando por distintos medios: la felicidad de encontrar o mejor dicho que nos encontrara un cu

Persona con P de PASIÓN

Cherman (artista gráfico a quien ya he citado en esta columna antes pues admiro mucho su arte y creatividad) suele utilizar frases como “Peruano con P de Pirueta”, ¡y me encantan! Así hoy yo quiero declararme totalmente persona con P de PASIÓN. Y a mucha honra. ¿Se han puesto a pensar lo que sería de nosotros sin la pasión? Esta semana tuve la oportunidad de viajar a la bella ciudad de Bogotá por trabajo, y disfruté de su hermoso cielo, sus cerros verdes, la calidez de su gente y su rica comida. Y como sucede en todo viaje, tuve que lidiar también con la aventura de los aeropuertos. Ocurrió que el día viernes terminé las reuniones planificadas antes de lo previsto y llegué al aeropuerto con bastante anticipación. Pensé en gestionar el cambio de mi vuelo pues había un avión que salía 2 horas antes. De las muchas personas con las que me tocó hablar hubo una en especial que me marcó. Era una joven cuyo rostro traducía exactamente lo contrario a la pasión, simplemente carecía de vida. Más

Soy, Seré, Sería-Hago, Haré, Haría

A los 15 años tuve la oportunidad de cruzar por primera vez el gran charco gracias (primero a mis papás que pudieron enviarme) y al colegio que organizaba todos los años un intercambio cultural con diferentes Liceos y familias francesas, dándonos así la oportunidad de practicar el francés (en algunos casos “aprenderlo”) y conocer todo un mundo diferente. Se imaginarán ya la gran experiencia que fue y lo afortunadas   que fuimos en vivirlo. Recuerdo bien que tenía hartísimo temor de viajar tan lejos sin mi familia. Sucedió finalmente que alguna neuronita se impuso en mi cerebro y me comí la palabra que quería salir corriendo de mi boca: “no quiero ir, quiero quedarme” y hoy agradezco enormemente a esa neuronita (a veces viene bien dejarnos guiar por esas neuronitas más avezadas y aventureras). Entre las muchas aventuras y aprendizajes que tuve el tiempo que estuve en tierras galas recordaba hace poco una anécdota que no me enorgullece (al menos no académicamente) pero que me provoca c