Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2010

Conspirar con el Universo

Hasta hace poco solía utilizar una frase cuando quería que las cosas me salieran bien o deseaba que a alguien le fuera bien en aquello que se proponía: “que el universo conspire a nuestro favor”. Me gustaba la idea de pensar que aquellas fuerzas del azar pudieran alinearse a mi favor, a favor de aquellos de mi entorno. Sigo pensando que es una frase con un poco de magia y una vibra positiva. Pero hoy, a partir de algunas lecturas y experiencias recientes, comienzo a ver un potencial diferente en la forma de mirar lo que sucede a nuestro alrededor, en las fuerzas azarosas del universo. Esta semana que termina fui testigo, de manera especial el día viernes, de cómo dejándome fluir con mi entorno lograba muchas más cosas de las que incluso me había propuesto. De manera tranquila, fluida, podríamos incluso decir “exitosa”. Tenía una lista muy larga de cosas por hacer y tiempo limitado, como todos. Salí con la intención clara de hacer al menos la primera y ahí estuve, en el aquí y el

El Buitre, el Murciélago y la Abeja

Esta semana recibí gracias a dos generosos envíos (Lucero y Ale) tres interesantes historias que dicen así: El Buitre Si pones un buitr e en un cajón que mida 2 metros x 2 metros y que esté completamente abierto por la parte superior, el ave, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto.  La razón es que el buitre siempre empieza su vuelo desde el suelo con una carrera de 3 a 4 metros.  Sin espacio para correr, como es su hábito, ni siquiera intentará volar sino que quedará prisionero de por vida en una pequeña cárcel sin techo . El Murciélago El murciélago vuela por todos lados durante la noche. Una criatura sumamente hábil en el aire, pero no puede elevarse desde un lugar a nivel del suelo. Si se le coloca en el suelo en un lugar plano, todo lo que puede hacer es arrastrase indefenso y, sin duda, dolorosamente, hasta alcanzar un sitio ligeramente elevado del cual se pueda lanzar hacia el aire. Entonces, inmediatamente despega . La Abeja La abeja,

Misturémonos

Este fin de semana tuve la suerte (suerte planificada que implicó comprar entradas con anticipación), de poder estar dos días en Mistura (para quienes nos leen desde lejos les adjunto el link para que conozcan esta maravillosa feria de la gastronomía peruana http://www.mistura.pe/ ). Tenía mucha ilusión de volver a estar en este evento. El año pasado quedé fascinada y este también. Es cierto que la gran cantidad de personas y las colas a veces parecieran deslucir el evento, y podemos frustrarnos al no llegar a comer “el” plato que queríamos, o no llegar por las colas a “todos” los rinconcitos del sabor que esperábamos. Pero hay algo que me seduce de esta feria que está más allá de la maravillosa comida, y es justamente lo que se resume en el lema que llevaba Mistura este año: “Todos reunidos”. Allí estuvimos, todos, peruanos y extranjeros de todos los colores y sabores, compartiendo el mismo espacio, el mismo plato, el mismo calor, colas, ilusión, emoción y sabor. Es eso lo que má

In&Out (por dentro y por fuera)

Esta semana, gracias a un envío recibido por partida doble (Lucero & Vica), llegó a mis manos un mensaje que me encantó y por ello, decidí compartirlo con mis contactos a través del Facebook. A la imagen acompañaba el siguiente texto: Jamás pierdas el estilo. No importa que tan mal te fue hoy continúa caminando erguido y sin perder el estilo como si no hubiera pasado nada!!!!!! ¡Mañana será un nuevo día! La intensidad de la imagen y el estado del gallo despertaron rápidamente comentarios. De una u otra forma muchos nos sentíamos identificados con el gallo, cuántas veces nos ha ocurrido tener un muy mal día, una semana terrible (o incluso meses… prefiero no poner años), donde no solo pareciera que nos levantamos con el pie izquierdo sino además sentimos que el universo entero conspira en nuestra contra. Nos encontramos golpeados, sin plumas, desaliñados, a todas luces (desde el exterior al menos) vencidos. Pero, ¿podría suceder que a pesar de todo este golpe externo, a